sábado, 16 de abril de 2011

Dragon Age II - Análisis PS3, X360 y PC

Vuelve Dragon Age a PS3, Xbox 360 y PC con una nueva y apasionante visión del RPG más cruel. Una secuela que mejora a su antecesor y nos trae una mejora en el aspecto visual que nos brinda una experiencia definitiva mucho más compacta. Más personalidad y espectacularidad en un título que no deja indiferente a nadie.


Volveremos a encarnar a un héroe, en una historia narrada por un tal Varric, que servirá de cronista de nuestra epopeya. Nuestro Hawke, como héroe o heroína, será un personaje con un conflicto familiar a sus espaldas que huye de su arrasada ciudad natal: Lothering. Pero esta huida acabará conviertiéndose en una odisea mucho mayor. Así, en Dragon Age II encontramos un guión compacto que hace avanzar los acontecimientos que ya vivimos en Origins de forma notable.

Dragon Age II mantiene características de la saga como la de pausar la acción

La campaña individual es ligeramente más breve que la de Origins, aunque presta más atención a las misiones secundarias. Por supuesto, habremos de medir con cuidado nuestras decisiones, puesto que esta vez viviremos de forma más drástica las consecuencias de nuestras elecciones. Por otro lado, se nos hace más partícipes de lo que se nos cuenta gracias al cambio en el sistema de diálogos y al papel que adquiere nuestro protagonista, que es mucho más efectivo como héroe y posee un carácter bien definido.

Uno de los aspectos más poderosos del juego a nivel narrativo es el de la magia de sangre

Como contrapunto, Dragon Age II es menos abierto a la hora de ofrecer combinaciones en base a nuestra clase, pues lo que el juego busca es un componente de rejugabilidad más centrado en nuestras propias acciones. De este modo, si acabamos con un determinado personaje en vez de, por ejemplo, perdonarle la vida, esto tendrá efectos más claros en lo que acontecerá más adelante.

La IA vuelve a ser más que aceptable, lo que nos permite dejar que nuestros compañeros ataquen automáticamente

Uno de los grandes atractivos de Dragon Age II es el sistema de combate, que se encuentra más orientado hacia la acción, con combos espectaculares y un formidable teatro de sangre. En lo referente a la gestión las cosas no cambian mucho. Así, al comienzo de cada misión escogemos tres acompañantes para el protagonista, y con los controles pasamos de uno a otro durante los combates, la acción o la exploración, decidiendo cómo repartir sus puntos de experiencia.

El sistema de diálogos es directamente heredero del de Mass Effect

En Dragon Age II regresan las tácticas con el ánimo de dotar de un sentido más estratégico al juego. De este modo podemos elegir habilidades especiales o acciones concretas a utilizar en caso de que se den determinadas situaciones. Además, el carácter de nuestros personajes influye, pudiendo fijar una actitud defensiva, agresiva, de guardar las distancias, etc.

Podemos encargar pociones con vistas a regenerar nuestra salud, nuestro maná, etc


En cuanto a las misiones, el título no ofrece muchas novedades, con los clásicos encargos de rescate, escolta, recogida de objetos o liberación de fortalezas de siempre. Eso sí, y como nota negativa, la mayor parte de nuestras actividades civiles se desarrollan en Kirkwall, algo que mina un poco la variedad del título.

El juego vuelve a presentar cuatro niveles de dificultad

Al comenzar la aventura lo primero que decidiremos es la clase y sexo de nuestro personaje. Así pues , hay tres clases: Mago (de inmenso poder pero propenso a atraer espíritus malignos), Guerrero (poderoso en el cuerpo a cuerpo) y Pícaro (sigiloso, rápido y letal). Decidiremos después el físico y el nombre, así como su relación con Dragon Age: Origins: Héroe de Ferelden, Mártir o libertad del Sin Compromisos. De este modo, contamos con la posibilidad de importar a nuestro héroe desde el juego anterior.

Podemos definir diferentes tipos de peinados, tatuajes, ojos, narices o bocas para customizar a nuestro personaje

En lo tocante a la progresión del personaje, todo lo referente a nuestro héroe se divide en Atributos (Fuerza, Destreza, Magia, Astucia, Voluntad y Constitución), Aptitudes y Resistencias (que se dividen en diferentes estilos según la clase, el del Mago se divide en Elemental, Primordial, de Espíritu, Arcana, de Entropía y de Creación.

El árbol de habilidades del videojuego repartirá nuestros puntos de aptitud entre diferentes destrezas

En el plano visual se aprecia una notable mejoría respecto a Dragon Age: Origins. Así, los escenarios tienen un mayor tamaño y detalle, y las físicas mejoran sustancialmente. El audio resulta envidiable, dando como resultado una banda sonora a la altura de lo esperado.

Dragon Age II ya está disponible para PS3, X360 y PC.





Dragon Age II vuelve a reclamar su puesto entre los mejores del género, presentándonos un RPG vertiginoso, con mucho gancho, horas de diversión y muy buen gusto que nos trae pocos cambios respecto al original.


Nos leemos.

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